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  • Foto del escritorNelson Santos

Uveítis: aguda, recurrente o crónica

Actualizado: 1 abr 2022

La uveítis es clasificada como aguda, recurrente o crónica según los siguientes factores: causa, severidad y duración de los episodios inflamatorios. Realizar estas distinciones es importante ya que el transcurso de la enfermedad y su manejo correspondiente será diferente para cada paciente.

La uveítis no es una enfermedad hereditaria ni contagiosa. Muchos de los casos poseen buena prognosis, pero algunos poseen un transcurso agresivo y degenerativo. Los factores que determinan la prognosis visual de los casos de uveítis son: su causa, cuán pronto sea diagnosticada, cuán bien sea manejada, edad del paciente, la efectividad del tratamiento, la severidad de los síntomas y el surgimiento de complicaciones. Por otra parte, la reactivación de los episodios inflamatorios dependerá principalmente de: la causa de la uveítis y la efectividad del tratamiento. 


La prognosis visual y general de los casos de uveítis no puede ser predeterminada con certeza debido a que la reactivación de los episodios inflamatorios es impredecible. Al igual que todas las enfermedades crónicas, la uveítis crónica impacta cuatro aspectos principales de la vida de lxs pacientes: su salud, economía, vida personal, estudios y/o trabajos. El manejo de estos casos podría extenderse durante meses o años, pero generalmente logran controlarse bajo tratamiento adecuado y el transcurso natural del tiempo. No hay un criterio establecido para determinar la cronicidad de los casos de uveítis, pero los siguientes factores podrían ayudar a predeterminar el transcurso de la enfermedad:


Causa


Hay ciertas enfermedades asociadas a la uveítis que son reconocidas por su transcurso crónico. Son enfermedades que requieren de tratamiento a largo plazo, podrían provocar disminución visual considerable e impactan la calidad de vida de lxs pacientes. Estas enfermedades son: coriorretinopatía en perdigonada (Birdshot), coroiditis serpiginosa, coroiditis multifocal y panuveítis, síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada y enfermedad de Behçet.


Edad de lxs pacientes


La edad de los pacientes es otro factor importante que determina la prognosis de los casos de uveítis. La población pediátrica es especialmente susceptible a desarrollar más complicaciones oculares que la población adulta, aún cuando la causa de la inflamación ocular sea la misma. Por ejemplo, la uveítis provocada por artritis en niñxs es más agresiva que la uveítis en adultxs que también es provocada por artritis. Es una población sumamente delicada que está bajo un riesgo mayor para el desarrollo de complicaciones y pérdida de visión. 


Localización de la inflamación


La uveítis es una emergencia médica independientemente de su localización: anterior, intermedia, posterior o difusa (panuveítis). Sin embargo, la uveítis anterior está asociada a un menor riesgo de deterioro visual que la uveítis intermedia o posterior, en ausencia de otras complicaciones oculares. La uveítis intermedia o posterior están asociadas a un transcurso más complejo que podría tornarse crónico con el paso del tiempo; debido a que afectan estructuras oculares esenciales para la visión.


Severidad, duración y recurrencia de episodios inflamatorios


La severidad, duración y recurrencia de la uveítis es tanto variable como impredecible. La severidad de los episodios de uveítis dependerá de las estructuras oculares afectadas y la intensidad de la inflamación. Si es muy intensa, podría presentar pérdida considerable de visión, dolor ocular, fotofobia, dolor de cabeza, entre otras. La severidad con la que la inflamación afecta los ojos podría determinar cuán bien los se recuperan bajo tratamiento. 


La recurrencia de los episodios de inflamación determina la prognosis del caso y la duración del tratamiento. Las recurrencias no tan solo comprometen la visión de lxs pacientes, pero además afectan muchos otros aspectos de sus ya que requieren de ajustes al estilo de vida. A pesar de no poder ser predecidos con certeza, el siguiente criterio general podría ser considerado al momento de determinar la cronicidad de los casos de uveítis no infecciosa basado estrictamente en las recurrencias:


1. Ocurren tres episodios o más al año.


2. La uveítis no logra ser controlada bajo tratamiento con corticosteroides sistémicos durante un periodo de tres meses.


3. La uveítis recurre en menos de seis meses luego de ser tratada con inyecciones oculares. Además, presenta otras complicaciones como inflamación de la mácula o nervio óptico.


4. La uveítis no es controlada bajo tratamiento sistémico y recurre aún mientras lxs pacientes se encuentran bajo dichos tratamientos. Esto incluye corticosteroides y/o inmunomoduladores. 


5. Lxs pacientes presentan recurrencias a lo largo de la implementación del tratamiento escalonado. En otras palabras, los tratamientos han sido inefectivos.


Complicaciones


Las complicaciones que podrían surgir también influyen en la cronicidad de los casos. Estas primordialmente ocurren por la postergación de la visita a un especialista o por los efectos secundarios de los tratamientos. Los efectos secundarios de los tratamientos pueden ser prevenidos o, incluso, remediados; pero aún así es importante reconocer los riesgos asociados a ellos. En cambio, las complicaciones que resultan de la inflamación, específicamente cuando pasa sin ser diagnosticada y manejada a tiempo, puede resultar en el compromiso irremediable de la visión. Las complicaciones asociadas a la uveítis son: catarata, glaucoma, vascularización de la retina, edema quístico macular (CME), inflamación del nervio óptico, desprendimiento de retina, entre otras. 


Deficiencias visuales


La disminución de la visión, sea progresiva o súbita, es un indicador de la cronicidad de los casos. Es el factor principal que compromete la calidad de vida de lxs pacientes, mas no el único. La inflamación crónica y sus consiguientes secuelas o complicaciones resultan en la pérdida progresiva de visión, especialmente cuando no responde a los tratamientos. Una vez ocurre suficiente pérdida irremediable de visión que impide el funcionamiento normal de lxs pacientes o las actividades principales que realiza, debería comenzar a implementarse medidas asistivas de manera que la calidad de vida no sea desmejorada. El propósito principal de ello es que lxs pacientes y las personas a su alrededor adquieran las destrezas apropiadas para crear un ambiente que permita la sana integración de lxs pacientes de acuerdo a sus necesidades.


La inflamación ocular puede subsanar bajo tratamiento adecuado pero, debido a que los ojos son muy delicados, con frecuencia deja secuelas que afectan la calidad de la visión de lxs pacientes. La acumulación progresiva de estas secuelas resulta en el deterioramiento de la visión. Es por ello que la meta principal del manejo de la uveítis es erradicar la inflamación ocular, aún la más mínima, y prevenir su reactivación. La prontitud del diagnóstico y manejo de inflamación ocular es esencial para prevenir la pérdida de visión y mantener una buena salud ocular. 


Diferencias entre la uveítis aguda y la uveítis crónica


El manejo óptimo de las enfermedades crónicas involucra más que el tratamiento principal y se extiende fuera del consultorio médico. Esto requiere una participación activa de lxs pacientes en el manejo de su salud. Además de cumplir con el tratamiento, implementar ciertas medidas que puedan mejorar la calidad de vida y la salud del paciente sería de gran beneficio. A través de la educación acerca de su enfermedad, lxs pacientes pueden comenzar a tomar mejores decisiones sobre su salud. 

Una enfermedad crónica es un estresor muy particular debido a que no se puede escapar ni remediar por completo: solo se puede aprender a convivir con la enfermedad. Eso puede inducir una sensación de impotencia e incertidumbre. Reconocer los aspectos que están bajo el control de lxs pacientes y aquellos otros que no pueden ayudar a establecer un plan de cuidado que además brinde una sensación de empoderamiento. La incertidumbre de esta enfermedad es uno de los aspectos emocionales más difíciles de asimilar.  A continuación, se presentan algunos aspectos que sí pueden controlarse y otros que no.


Factores que pueden ser controlados:


Atender a citas médicas

Cumplir con los tratamientos

Educarse sobre su enfermedad: la educación es poder

Adoptar nuevas medidas que ayuden a promover la buena salud

Buscar una segunda opinión, si así lo desea


Factores para mejorar la calidad de vida:


Descansar adecuadamente

Implementar medidas para la prevención de complicaciones

Adoptar medidas holísticas que ayuden a manejar los síntomas y efectos secundarios de los tratamientos 

Implementar cambios en el ambiente laboral y/o académico que se ajusten a sus nuevas necesidades.

Comunicar efectivamente a las instituciones o personal correspondiente.

Establecer buenas relaciones interpersonales

Acudir a grupos de apoyo o terapia individual


Factores que NO pueden ser controlados:


No puede predecirse la reactivación de los episodios de uveítis.

La disminución o pérdida de visión no puede ser predecida.

No puedes decidir cómo tu cuerpo se recuperará ni en cuánto tiempo. Hay que escuchar los síntomas y acomodarnos a ellos.

Apresurar el tiempo de recuperación

Evitar o corregir el daño irremediable a los tejidos oculares.

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