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  • Foto del escritorNelson Santos

Me diagnosticaron uveítis, ¿ahora qué?

Actualizado: 26 mar 2022

Todo el mundo puede padecer de uveítis. Sin embargo, es una enfermedad muy poco conocida. Es probable que no conozcas a alguna otra persona que también haya padecido o padezca de uveítis. Incluso, puede que ya hayas visitado múltiples oftalmólogxs y especialistas que no han podido ayudarte. Si este es tu caso, puede que te encuentres experimentando una amalgama de emociones: miedo, ansiedad, frustración, tristeza, impotencia, confusión, vulnerabilidad, soledad, etc. No estás sole en esta situación. Lamentablemente, esto no es inusual para les pacientes de uveítis. Muches de nosotres nos hemos encontrado en esta posición. Además, los síntomas de uveítis son muy particulares porque provocan mucha ansiedad. Naturalmente, experimentar disminución visual o dolor ocular intenso, de manera repentina, es una situación sumamente preocupante.


El cuadro clínico es muy importante para identificar la uveítis. Los síntomas que presentan les pacientes le brindan información valiosa al oftalmólogue al momento de evaluar el caso y elegir el tratamiento más adecuado. La uveítis se caracteriza por ser una enfermedad episódica. Los episodios de inflamación pueden surgir de manera súbita o insidiosa que sanan, paulatinamente, bajo tratamiento apropiado. Determinar la prognosis de esta enfermedad no siempre es una tarea sencilla puesto que depende de múltiples factores: su causa, cuán pronto es diagnosticada, la severidad de los síntomas, efectividad del tratamiento, edad del paciente y el surgimiento de complicaciones. Si acabas de ser diagnosticade con uveítis, algunos síntomas podrían remediarse siempre que no haya ocurrido daño permanente en alguna estructura del ojo.


«Uveítis» es el término utilizado para designar inflamación en la capa del ojo llamada úvea. Es un término amplio que abarca cualquier proceso inflamatorio que afecta esta capa y estructuras oculares adyacentes. En realidad, «uveítis» no es un término que representa una sola enfermedad, sino que constituye un grupo de múltiples enfermedades que comparten un síntoma en común: inflamación de la úvea. Este grupo incluye enfermedades heterogéneas de etiologías muy variadas. Es decir, es un grupo de diferentes enfermedades que pueden ser causadas por diversas razones. Muchos casos de uveítis son idiopáticos o están relacionados a trauma ocular. Otros están asociados a enfermedades infecciosas o autoinmunes. Estas enfermedades podrían afectar solamente los ojos (local) o todo el cuerpo (sistémica). Otras causas, aunque menos frecuentes, son relacionadas al consumo de ciertos medicamentos, tatuajes, cirugías oculares o cáncer.  Ahora bien, a pesar de la gran cantidad de enfermedades que podrían estar originando la uveítis, lo más importante durante este proceso es clasificar la causa como: infecciosa o no infecciosa. Esto es el factor determinante más importante al momento de elegir el tratamiento más adecuado.


Los ojos están compuestos de mucho tejido conectivo y poseen una red compleja de vasos sanguíneos. Por tal razón, la uveítis está asociada a distintas enfermedades reumáticas. Estas enfermedades son variadas; pero aquellas que producen inflamación del tejido conectivo a través de mecanismos inmunomediados, conocidas como conectivopatías, con frecuencia también afectan los ojos. Otras enfermedades autoinmunes que también están asociadas a la uveítis son de naturaleza neurológica, gastrointestinal o de afectación ocular local. Debido a la gran cantidad de enfermedades autoinmunes asociadas a la uveítis, la práctica oftálmica especializada en este campo es exhaustiva y con frecuencia requiere la implicación de médicos de distintas especialidades y la realización de múltiples exámenes. 


A veces puede transcurrir un período largo de tiempo antes de que les médicos puedan determinar la causa exacta de la uveítis. La inmunología ocular es una práctica compleja en la que van uniéndose las pistas, como un trabajo detective, hasta finalmente llegar a una conclusión. Este proceso puede ser frustrante para médicos y pacientes. Naturalmente, la incertidumbre siempre es difícil de tolerar. Precisamente por esta razón es que los casos se clasifican como: infecciosos o no infecciosos. Esta medida le permite a les médicos administrar tratamiento adecuado a les pacientes de uveítis sin el riesgo de posibles complicaciones.


Exámenes y laboratorios


Como parte del manejo de la uveítis, les oftalmólogues refieren una serie de laboratorios y exámenes, según el cuadro clínico que presentan les pacientes. No hay una serie de laboratorios protocolares establecidos para todos los casos de uveítis, así que las órdenes serán diferentes para cada paciente. Un primer episodio de uveítis anterior no infecciosa que responde apropiadamente al tratamiento generalmente no requiere de la orden de exámenes y laboratorios. Sin embargo, casos recurrentes sí lo requieren. La mayoría de los caso de uveítis intermedia o posterior generalmente conllevan la referencia laboratorios, especialmente aquellos recurrentes o crónicos. El propósito de ordenar exámenes y laboratorios es descartar aquellas causas que puedan ser fácilmente diagnosticadas mediante estas pruebas. Esta medida es importante para establecer un diagnóstico diferencial pero no se encuentra exenta de complejidades: son diversas, costosas, ocurren resultados falsos positivos, varían en sensibilidad, especificidad y prevalencia, etc. La mayoría de los laboratorios referidos en los casos de uveítis no son definitivos, sino que son utilizados para apoyar el cuadro clínico que presenta el/la paciente. Por eso, lo más importante durante la evaluación de cada caso es recopilar un extenso y detallado historial médico. En algunas ocasiones, no es posible lograr encontrar la causa de la uveítis, pero siempre se intenta descartar las posibles causas principales y manejar la inflamación con el tratamiento apropiado. Lograr controlar el episodio activo de inflamación y prevenir futuras recurrencias y complicaciones es la meta principal del manejo de uveítis. Algunas de las pruebas que suelen ser ordenadas en los casos de uveítis son:


Hemograma, bioquímica general y velocidad de sedimentación globular (VSG) CMP


Anticuerpos antinucleares (ANA), anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos (ANCA), anticuerpos antifosfolípido, factor reumatoideo (FR): ANA/FNA, ANCA


ECA y Lisozima: ECA, Serum lysozyme, Angiotensin-converting enzyme levels


Antígenos de histocompatibilidad:

HLA-A29, HLA-A29.2, HLA-B22, HLA-B27, HLA-B51, HLA-5, HLA-15, HLA-51, HLA-B7, HLA-DR2, HLA-DR15, HLA-DQW7 Bw62, HLA-DR4 DQw3, HLA-LDWa Bw22J.



Serologías específicas:

CMV, HIV, HSV-1, HSV-2, HSV-1/2, VZV, VDRL, Lyme AB testing, Epstein-Barr virus, Hepatitis panel, Bartonella panel, Toxocara species AB testing, Toxoplasma panel, Ricketsia (fiebre Q), Leptospira, Brucella, Clamidia, FTA-ABS


Exámenes cutáneos:

PPD with anergy panel

Histoplasmosis

Coccidioidomicosis

Examen de patergia


Otros:

Colonoscopía, punción lumbar, examen de audición, panel de hipercoagulabilidad, etc. 


Con mucha frecuencia, el referido de laboratorios y exámenes es una fuente de ansiedad para les pacientes o padres de hijes pacientes de uveítis. A primera instancia, la cantidad de pruebas y la naturaleza de ellas puede ser muy agobiante. Si este es tu caso, NO TE ASUSTES. Esta medida es una práctica preventiva realizada aún si el o la paciente no pertenece a un grupo de alto riesgo para las enfermedades que se auscultan. Por ejemplo, las pruebas de sífilis, VIH, tuberculosis y radiografía de pecho son algunas que comúnmente se ordenan de manera casi protocolar en todos los casos de uveítis, aún si el o la paciente es un niñe pequeñe. Recuerda, el propósito de esta medida es clasificar la uveítis como infecciosa o no infecciosa. Esto permitirá elegir el tratamiento más apropiado. Los exámenes y laboratorios NO deben ser razón de preocupación para lxs pacientes o sus seres queridos. 


“Ahora no es el momento de preocuparse”- Atticus Finch hablando con sus hijes en la novela To kill a mockingbird


Tratamientos


Hay múltiples tratamientos disponibles para la uveítis. Tu médico será la persona encargada de elegir el más adecuado para ti. La uveítis infecciosa es tratada con medicamentos anti-infecciosos destinados a erradicar el organismo responsable de la infección. Estos podrían ser: bacterias, virus, hongos o parásitos. En casos apropiados, este tratamiento podría ser acompañado por corticosteroides. En cambio, el tratamiento para la uveítis no infecciosa es implementado de manera escalonada. La primera alternativa contra un episodio inicial de uveítis no infecciosa son los corticosteroides. Si la inflamación recurre o requiere de un tratamiento a largo plazo, los inmunomoduladores y cirugías conforman la siguientes alternativas terapéuticas. En algunos casos, es más apropiado administrar un tratamiento corto esteroideo e implementar rápidamente con los inmunomoduladores. Algunos factores que podrían determinar esta decisión son: edad del paciente, asociación a enfermedad autoinmune de transcurso agresivo, intolerancia a corticosteroides, condición general de salud, entre otros. Por último, es importante recalcar que los casos no infecciosos asociados a enfermedades autoinmunes generalmente conllevan un tratamiento prolongado con inmunomoduladores, especialmente si tienen un transcurso crónico.


Es muy importante que conozcas o apuntes todos los detalles en referencia al tratamiento: nombre del medicamento, la dosis, cantidad de veces al día que se debe administrar, efectos secundarios, etc. Sigue las recomendaciones de tus médicos y no abandones el tratamiento aún cuando tus síntomas hayan desaparecido y te sientas mejor. Además, aclara todas tus dudas e inquietudes con tu médico.


Observación periódica y referido a otros especialistas


Los casos de uveítis son evaluados periódicamente. Las citas son pautadas con anticipación para cierta cantidad de semanas o meses, según lo requiera cada caso. En ellas se evalúa la efectividad del tratamiento, el estado general de salud de les pacientes y el surgimiento de otros síntomas o complicaciones. Los casos pediátricos y aquellos provocados por enfermedades de transcurso crónico requerirán de evaluaciones más frecuentes. Tu oftalmólogue incluso podría referirte a otre médico especialista, como un reumatólogue, si necesitas tratamiento inmunomodulador o comienzas a presentar síntomas asociados a alguna otra enfermedad.


Automanejo de la uveítis


Un aspecto importante en la recuperación de cualquier enfermedad es el autocuidado que cada paciente se brinda fuera del consultorio médico. El autocuidado de la uveítis principalmente está enfocado en proveer educación a les pacientes acerca de su enfermedad para que así puedan mejorar su calidad de vida y prevenir el surgimiento de complicaciones de salud. Ofrece medidas enfocadas en la prevención y medidas adaptativas para manejar los episodios de inflamación. 


Una de las grandes preocupaciones de les pacientes de uveítis es la posibilidad de perder la visión. Es una duda muy válida cuya respuesta lamentablemente no posee una respuesta única e indeleble, ya que la uveítis es una enfermedad que no puede ser descrita con sencillez. Aún así, la severidad de los episodios inflamatorios es el factor que más influencia tiene sobre la prognosis visual de les pacientes; pero, este factor a su vez depende de otros aspectos igualmente importantes: la causa de la uveítis, la frecuencia de la reactivación de los episodios, las estructuras oculares que afecta y la edad de les pacientes. Hay algunas causas más agresivas que otras, pero la calidad visual de les pacientes depende de las estructuras oculares que se encuentren afectadas y las posibles complicaciones que podrían surgir como consecuencia. La edad de les pacientes también es un factor importante, puesto que la prognosis visual es más pobre en casos pediátricos. 


No existen medidas infalibles que podamos tomar para prevenir la uveítis. Tristemente, es un riesgo natural que todes corremos. La uveítis por sí sola no es una enfermedad hereditaria, transmisible o contagiosa. Es decir, la inflamación ocular no puede ser heredada, transmitida a les hijes o «pegársela a alguien». La uveítis y las enfermedades sistémicas autoinmunes asociadas a ella tampoco son provocadas por estilos de vida «poco saludables». Les pacientes no deben sentirse culpables por haber desarrollado su enfermedad. Por otra parte, la uveítis tampoco es provocada por ver demasiada televisión, usar demasiado la computadora, el teléfono o videojuegos. 


Los síntomas de uveítis pueden impactar significativamente la vida de les pacientes. No obstante, algunos de ellos pueden subsanar y les pacientes pueden retomar sus actividades diarias sin dificultades mayores. Es una enfermedad que impacta la calidad de vida de todes les pacientes, pero que se puede vivir con ella.

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