Nelson Santos
Asociación a enfermedades sistémicas
Actualizado: 2 abr 2022
Muchos de los casos de uveítis son provocados por enfermedades que afectan distintos sistemas del cuerpo. Para muches pacientes, la uveítis no es una patología aislada, sino un síntoma de una enfermedad sistémica. Estes pacientes pueden presentar diversos síntomas a través del cuerpo que podrían sugerir la presencia de una enfermedad sistémica, si no han sido diagnosticades con alguna previamente. Por ende, la evaluación médica de los casos de uveítis, además de la examinación ocular, incluye un extenso recopilatorio del historial de les pacientes y una evaluación de los sistemas del cuerpo.
Las enfermedades sistémicas pueden ser infecciosas o autoinmunes. Las enfermedades sistémicas infecciosas pueden ser diagnosticadas mediante pruebas de laboratorio. Sin embargo, las enfermedades sistémicas autoinmunes no siempre pueden ser diagnosticadas de la misma manera. El diagnóstico de muchas de ellas está basado mayormente en la sintomatología que presentan les pacientes. En la actualidad, diagnosticar exitosamente las enfermedades autoinmunes es un reto para la medicina moderna ya que, dentro de un sinnúmero de complejidades, los síntomas no siempre cumplen con un patrón típico y de fácil deducción. Algunos de los retos que pueden dificultar el diagnóstico de las enfermedades sistémicas autoinmunes son:
Naturaleza episódica de los síntomas
Muchos de los síntomas mediados por autoinmunidad son episódicos. Por ende, puede que no estén presentes al momento de la evaluación médica. Síntomas severos, que impiden la continuación normal del estilo de vida, usualmente propulsan a les pacientes a buscar ayuda médica. Síntomas menos severos, especialmente aquellos que pueden ser aliviados con remedios sencillos o medicamentos no recetados, no suelen ser la razón por la cual les pacientes buscan ayuda médica. La naturaleza relativamente benigna de estos síntomas y su fácil manejo ocasiona que les pacientes no le presten suficiente atención e incluso no los reporten durante sus evaluaciones médicas. Estos síntomas pueden sanar sin dejar secuelas ni complicaciones, provocando así un alivio en les pacientes pero postergando su diagnóstico. Por otra parte, es común que los síntomas asociados a procesos inflamatorios autoinmunes aparezcan durante momentos de mucho estrés o cambios hormonales, así que los pacientes pueden asociar la aparición de sus síntomas como producto de sus estados emocionales. Por estas razones, es muy importante mantener un registro de los síntomas que presentas y tomar fotos ellos.
Los síntomas varían en severidad
Los síntomas asociados a enfermedades sistémicas autoinmunes suelen variar en severidad. A veces se presentan con mucha intensidad, pero otras veces parecen ser más leves. Estas enfermedades generalmente causan unos síntomas principales muy severos, que conforman la razón por la cual les pacientes buscan ayuda, pero también provocan otros síntomas a través de todo el cuerpo que pueden ser menos severos. Además, el mismo síntoma puede aparecer en distintas partes del cuerpo. Algunas enfermedades sistémicas autoinmunes presentan síntomas inicialmente poco graves. Sin embargo, sus recurrencias podrían aumentar progresivamente en intensidad, especialmente si la enfermedad no es tratada adecuadamente. Algunas de estas enfermedades son difíciles de diagnosticar durante sus etapas iniciales, especialmente cuando sus manifestaciones parecen ser relativamente benignas. Su diagnóstico suele ser realizado una vez se hayan producido síntomas más característicos pero que, a su vez, son más severos.
Los síntomas son generalizados y muy poco característicos
Los síntomas asociados a enfermedades sistémicas autoinmunes pueden ser diversos y afectar distintas partes del cuerpo. No todos aparecen a la vez; es decir, puede que el primer episodio de síntomas solo incluya afecciones de la piel, mientras que un segundo episodio de síntomas afecta solo los ojos y un tercer episodio solo afecta el sistema digestivo. A primera instancia, no parecen tener relación entre sí ni sugerir posible relación con la uveítis. Sin embargo, todos poseen una característica en común: son causados por procesos inflamatorios. Las enfermedades sistémicas autoinmunes que afectan el tejido conectivo, también conocidas como conectivopatías, producen síntomas en cualquier parte del cuerpo que se componga de este tejido, incluyendo los ojos. Así que estos síntomas pueden ser confundidos con otras enfermedades de carácter agudo, que pueden ser resueltas con tratamiento a corto plazo. Por ejemplo, uno de los síntomas más comunes asociados a enfermedades autoinmunes es la fatiga o cansancio extremo. Este síntoma es comúnmente ignorado, a pesar de ser uno de los síntomas más indicativos de autoinmunidad. El cansancio asociado a la autoinmunidad es muy particular y difiere del cansancio normal ya que suele ser severo, impide que les pacientes puedan continuar con sus estilos de vida y no mejora con el descanso. Por otra parte, muchas enfermedades autoinmunes producen síntomas muy similares que solapan entre sí. Incluso, una enfermedad autoinmune predispone al desarrollo de otra. Por esta razón, diagnosticarlas puede ser un proceso complicado y extenso.
La uveítis puede ser el primer síntoma de una enfermedad sistémica autoinmune
Para muches pacientes, la uveítis es el primer síntoma indicativo de autoinmunidad. Muches de elles no han presentado síntomas previamente que hayan sugerido el desarrollo de una enfermedad autoinmune sistémica. Por ende, al momento de ser evaluades por un médico, muches no reportan haber experimentado otros síntomas sistémicos. Debido a que la mayoría de las enfermedades sistémicas autoinmunes relacionadas a la uveítis son diagnosticadas clínicamente y no mediante pruebas de laboratorio, alcanzar su diagnóstico requiere de un proceso extenso en el que se re-evalúan les pacientes periódicamente para verificar el desarrollo de cualquier otro síntoma. Además, cabe destacar que también sucede al revés: personas que han sido diagnosticadas previamente con enfermedades sistémicas autoinmunes desconocen sobre su posible su afectación ocular. Conforman un grupo de pacientes que comienzan a experimentar episodios de uveítis incluso mientras se encuentran bajo tratamiento sistémico para la enfermedad con la que fueron diagnosticades. Estos casos podrían ser pobremente manejados si no son atendides prontamente por un especialista en inflamación ocular o uveítis.
Tratamiento inmunomodulador: corticosteroides sistémicos o agentes quimioterapéuticos
El tratamiento inmunomodulador para la uveítis no infecciosa no tan solo ayuda a mejorar los síntomas de inflamación ocular, pero también controla los mecanismos del sistema inmunológico que podrían producir síntomas de alguna enfermedad sistémica autoinmune a través del cuerpo. Por lo tanto, estos tratamientos pueden aliviar o incluso evitar la aparición de síntomas que podrían dilucidar un cuadro clínico más claro en algunos casos, pero especialmente aquellos que son determinados como idiopáticos. Esto puede retrasar la identificación de alguna posible enfermedad sistémica autoinmune responsable de la uveítis.
Diagnósticos erróneos
Algunes pacientes han recibido otros diagnósticos para síntomas que hayan experimentado previamente. Incluso, podrían haber recibido asistencia médica para manejar sus síntomas episódicos y esta haya resultado efectiva. Estos síntomas pueden ser diagnosticados y manejados de manera provisional (aguda), pero la enfermedad autoinmune aún permanece sin atender, causando así la reaparición de los mismos síntomas y complicaciones. Esto puede extenderse durante un período largo de tiempo, en el que les pacientes reciben distintos diagnósticos y tratamientos. Además, no es inusual que les pacientes no guarden los resultados de pruebas de laboratorio que les hayan referido en el pasado, especialmente si fueron negativos, complicando así la elucidación del cuadro clínico. En ausencia de un diagnóstico apropiado, la enfermedad no puede ser manejada efectivamente, causando así un deterioro en la calidad de vida de les pacientes. Muchas de las enfermedades sistémicas autoinmunes producen síntomas que, de manera aislada, no pueden ser utilizados para alcanzar un diagnóstico. Solo cuando varios síntomas se presentan conjuntamente o hayan podido ser identificados durante el historial de les pacientes, es que logra alcanzarse un diagnóstico clínico. Es decir, las piezas del rompecabezas finalmente se unen y producen una imagen completa.
Algunes pacientes buscan ayuda médica para sus síntomas crónicos pero no reciben ningún diagnóstico. Les médicos pueden realizar algunas pruebas y, si los resultados son normales, no demuestran mayor preocupación. Les pacientes reciben e internalizan el mensaje de que «todo está bien» o «no es nada serio», y regresan a su cotidianidad. Los síntomas podrían mejorar pero, si padecen de alguna enfermedad crónica que aún no haya sido diagnosticada, los síntomas también podrían empeorar gradualmente. Les pacientes normalizan la experiencia de estos síntomas, creyendo que es normal o que no es nada serio. Se acostumbran a ellos, dejan de quejarse, dejan de buscar ayuda médica y dejan de reportarlo. No es hasta que comienzan a desarrollar nuevos síntomas o estos se vuelven sumamente severos, dolorosos o incapacitantes, que finalmente buscan ayuda y reciben un diagnóstico.
Retraso de ayuda médica
Las personas que desarrollan enfermedades crónicas generalmente postergan la búsqueda de asistencia médica, por diversas razones. Entre ellas, la cualidad estoica de tolerar los síntomas para así poder cumplir con sus obligaciones, responsabilidades y deberes; como podrían ser los estudios o el trabajo. Muchas de las personas que se encuentran en esta posición con frecuencia no tienen alternativas viables y se ven obligades a cumplir con sus responsabilidades u obligaciones, a expensas de su salud. Además, también pueden provenir de contextos caracterizados por estrés crónico. Sorprendentemente, muchas personas que han sido diagnosticadas con enfermedades crónicas presentan síntomas durante mucho tiempo antes de buscar ayuda médica. Es importante reconocer este fenómeno como un problema de salud pública, sin culpabilizar a les pacientes, para desarrollar nuevas alternativas que beneficien la salud de todes.
Sincronicidad de síntomas
Los síntomas de una enfermedad sistémica autoinmune no siempre están presentes cuando la uveítis está activa. Esto dificulta dilucidar un cuadro clínico más claro debido a que podrían estar ausentes durante el momento de la evaluación médica. Incluso, les pacientes podrían no reportar los síntomas que experimentan durante los episodios inflamatorios, especialmente si no impiden la continuación de sus estilos de vidas y sanan gradualmente. Ciertas enfermedades sistémicas autoinmunes sí producen síntomas corporales a la misma vez que la uveítis se encuentra activa, pero otras no.
Cambios de médicos
En algunas instancias, cuando los síntomas son tratados efectivamente como casos aislados pero sin ser considerados sugestivos de alguna enfermedad sistémica autoinmune, les pacientes retoman su cotidianidad sin pensar demasiado en su salud. Puede que hayan sido atendidos por un médico primario, en sala de emergencias o por algún médico especialista al que no vuelven a visitar, ya que suele transcurrir un período asintomático en sus vidas. La naturaleza episódica de los síntomas infiere que pasan períodos de tiempo en el que les pacientes no presentan molestias. A su vez, esto puede conllevar a que sean atendidos por otros médicos cuando comienzan a presentar síntomas nuevamente. Incluso, debido a que los síntomas afectan distintas partes del cuerpo, les pacientes podrían ser atendides por médicos de distintas especialidades cada vez que presentan episodios sintomáticos. Por ejemplo, podrían visitar un dermatólogo para atender sus afecciones de la piel, un gastroenterólogo para atender sus problemas digestivos o un oftalmólogo para atender sus molestias oculares; atendiendo sus síntomas como episodios aislados, sin relación alguna. La enfermedad suele ser diagnosticada correctamente una vez haya producido síntomas y complicaciones serios. Tampoco es raro que esto suceda luego de un acontecimiento sumamente estresante o que presente un cambio de vida para les pacientes.
Personalidad
Curiosamente, muches de las personas que son diagnosticadas con enfermedades crónicas presentan características similares en su personalidad. Tienden a ser responsables, complacientes, serviciales, cooperadores, etc. En su vida personal, muches de estas personas son muy trabajadoras, llevan vidas activas, intentan ser perfeccionistas e independientes. Tienen una cualidad estoica en su carácter. Se les hace difícil decir «no» y se preocupan por los demás. Son buenas cualidades que pueden tornarse autodestructivas en situaciones que requieren lo contrario. Como tienden a poner las necesidades de les demás por encima de las suyas y su deber sobre su salud, toleran sus síntomas más de lo que deberían. Incluso, continúan trabajando mientras están enfermes. Se acostumbran a sus síntomas, intentan no darle mucho trabajo al personal médico y demuestran disposición.
El lado negativo del conjunto de estas características es que sacrifican su salud y bienestar. Tienden a reprimir sus emociones negativas, especialmente el coraje. Son poco asertives. No expresan sus opiniones si saben que le molestaría a los demás, aún cuando su bienestar depende de ello. Todas estas cualidades, buenas y malas, podrían causar que les médicos no se percaten de los síntomas de sus pacientes o la severidad ellos. La tendencia inconsciente a minimizar la severidad de sus síntomas al momento de reportarlos a les médicos, puede causar un retraso en el diagnóstico de la enfermedad; especialmente cuando la enfermedad es diagnosticada clínicamente.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Los factores mencionados son tan solo algunos de los aspectos que dificultan el diagnóstico de las enfermedades autoinmunes. A pesar de ser un problema que progresivamente afecta a más personas, la población general aún desconoce sobre el desarrollo de estas enfermedades y los síntomas que producen. Por ende, es muy importante crear consciencia acerca de estas enfermedades, reconocer el problema que presenta para la salud pública y el impacto que tiene en la calidad de vida de las personas que las padecen. Además, también es importante movilizar información a las poblaciones que poseen mayor predisposición para el desarrollo de estas enfermedades.
Aprender a identificar síntomas sugestivos de autoinmunidad y su desarrollo particular
Los síntomas causados por enfermedades inmuno mediadas no son tan fáciles de identificar y asociar como los de otras enfermedades. Por tal razón, aprender a reconocer la sintomatología básica asociada a las enfermedades autoinmunes permite agilizar el diagnóstico y la movilización asistencia médica apropiada. Hay tres ideas principales que distinguen el desarrollo de estas enfermedades:
1. Los síntomas son episódicos, afectan distintas partes del cuerpo y varían en severidad. No cumplen un patrón típico de desarrollo y suelen comenzar con síntomas que progresivamente aumentan en severidad. Pueden llegar a ser incómodos, dolorosos e incapacitantes. Impiden el desempeño normal de les pacientes.
2. Muchas de las enfermedades sistémicas autoinmunes asociadas a la uveítis son aquellas que afectan el tejido conectivo. Así que producirán síntomas en muchas de las zonas del cuerpo que se componen de este tejido: ojos, piel, articulaciones, vasos sanguíneos, etc.
3. Los síntomas asociados a enfermedades que afectan el tejido conectivo, o conectivopatías, se caracterizan por inflamación. A su vez, la inflamación es un proceso que se caracteriza por: enrojecimiento, calor, hinchazón, dolor, irritación.
4. Aparecen en momentos de mucho estrés. Casi siempre son momentos inoportunos porque la persona podría estar atravesando una situación que requiere de responsabilidad, diligencia u obligación. No hay síntomas durante tiempos más relajados, como vacaciones, pero aparecen durante situaciones estresantes.
Mantener un registro de los síntomas y tomar fotos
Las personas que presentan síntomas asociados a procesos inflamatorios autoinmunes y que no hayan recibido un diagnosticades, podrían beneficiarse de mantener un registro de todos los síntomas que han presentado junto con fotografías. La importancia de esto radica en poder alcanzar un diagnóstico apropiado lo más pronto posible y, por consiguiente, encontrar la alternativa terapéutica más efectiva.
Mantener un registro de citas médicas, diagnósticos, resultados de laboratorios y procedimientos
Almacenar los resultados de laboratorios y mantener un historial de las citas médicas, junto con los respectivos diagnósticos recibidos, podría ayudar a agilizar el proceso del diagnóstico de una enfermedad sistémica autoinmune. Esto debe incluir aún las enfermedades pasadas que hayan sido curadas exitosamente, como puede ser un resfriado común o alguna infección. También debe incluir cualquier prueba de laboratorio que haya resultado negativa. Diagnosticar las enfermedades autoinmunes es un proceso complejo porque muchas de ellas no pueden ser diagnosticadas mediante pruebas de laboratorio, sino por el cuadro clínico que presentan les pacientes. Los exámenes y laboratorios son utilizados primordialmente como herramientas que apoyen la sintomatología de les pacientes, no como laboratorios diagnósticos definitivos. No obstante, no por ello dejan de ser útiles. Resultados negativos de exámenes y laboratorios o en otras palabras «que todo salió bien», aún ofrecen información valiosa a les médicos.
Establecer un diagnóstico diferencial
Existen más de ochenta enfermedades autoinmunes, Es por ello que alcanzar un diagnóstico apropiado puede convertirse en un proceso extenso. Una estrategia para lograr diagnosticar estas enfermedades es emplear un proceso de eliminación. Primero se descartan las posibles enfermedades principales que sean sugeridas según los síntomas y luego se procede con las menos usuales.
Reportarlo a les médicos
Les pacientes de uveítis en ocasiones no reportan síntomas que han presentado a través de su cuerpo porque no están informades sobre su posible asociación sistémica. Es importante que tantos les médicos como pacientes adopten una participación colaborativa en el manejo de estos casos, especialmente aquellos que son idiopáticos. Les pacientes deben estar bien informades acerca de las asociaciones sistémicas de la uveítis y el impacto que tiene en sus estilos de vida, para establecer nuevas medidas que se ajusten a sus necesidades. Escribir una lista de todos los síntomas y que además incluya una descripción y fecha de aparición, es una alternativa viable para solucionar casos que aún no han sido diagnosticados.
Síntomas sugestivos de autoinmunidad
Síntomas generales
Malestar general
Dejar caer objetos involuntariamente
Alguna de las siguientes sensaciones en algunas partes del cuerpo, especialmente en las extremidades y/o rostro: adormecimiento, parálisis, hormigueo, «pinchazos», frío/calor, presión, etc.
Desmayos
Convulsiones
Fatiga o cansancio excesivo
Mareo o vértigo
Pérdida de apetito
Aumento o pérdida de peso no intencionada
Fiebre recurrente o persistente
Resfriado o sudor nocturno
Inflamación de nódulos linfáticos
Pérdida de balance y/o coordinación
Sensibilidad a la luz solar o artificial
Síntomas en la cabeza
Adelgazamiento o pérdida de cabello
Pérdida de pigmento en el cabello (parches blancos)
Dolor de cabeza severo o frecuente
Irritación del cuero cabelludo
Dolor o rigidez en el cuello
Síntomas en los oídos
Tinnitus o «timbre auditivo»
Disminución o pérdida de audición
Infección de oído severa o recurrente
Inflamación de los lóbulos de las orejas
Síntomas en nariz y boca
Síntomas en nariz y boca
Resequedad en los ojos y boca seca
Sangrado de la nariz recurrente o severo
Sinusitis, congestión nasal y/o sangrado nasal
Infección en dientes o encías
Inflamación de las encías
Síntomas cardiovasculares
Dolor de pecho
Inflamación o hinchazón de las piernas
Hematomas fáciles o frecuentes
Sangrado fácil o frecuente
Síntomas respiratorios
Resfriados frecuentes o severos
Tos recurrente o crónica
Tos con sangre
Infección viral reciente
Asma
Dificultades respiratorias o falta de aliento
Síntomas en huesos y articulaciones
Dolor, rigidez o hinchazón en las articulaciones
Dolor de espalda
Dolor de espalda baja
Dolor de espalda al dormir o despertar
Dolor muscular
Síntomas en la piel
Úlceras en zonas mucocutáneas del cuerpo: boca (aftas), nariz, genitales y/o perianales
Disminución o pérdida de pigmento en la piel o cabello: vitíligo o poliosis
Sarpullidos, irritación o rashes en la piel
Úlceras en la piel
Comezón en la piel
Lesiones acneiformes en el rostro o cuerpo
Insolación fácil al exponerse a la luz solar (fotosensibilidad)
Inflamación en la piel de las piernas: tromboflebitis superficial o eritema nodoso
Dolor en las dedos de manos o pies al exponerse al frío
Cambio de color en dedos de manos o pies al exponerse al frío
Piel amarillenta
Síntomas gastrointestinales
Indigestión o problemas gastrointestinales
Dificultad para tragar
Estreñimiento
Diarrea recurrente o severa
Sangre en la excreta
Úlceras en el tracto digestivo: boca, estómago, intestinos, ano
Indigestión o problemas gastrointestinales
Incontinencia
Síntomas genitourinarios
Problemas renales
Incontinencia urinaria
Sangre en la orina
Secreción en uretra
Úlceras genitales
Prostatitis
Dolor testicular (epididymitis)
Otros
Riesgo de exposición a infecciones de transmisión sexual
Riesgo de exposición a tuberculosis
Riesgo de exposición al virus de inmunodeficiencia humana (VIH)
Ingestión de carnes crudas o agua no potable
Contacto con animales: perros, gatos, caballos o ganado
Picaduras de insectos o garrapatas
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